Mehuín es un poblado ubicado en la zona noroeste de la Provincia de Valdivia XIV Región, a 50 km de la cuidad del mismo nombre. Mehuín, junto con su riqueza nativa, también lo identifica y constituye como un lugar con raíces culturales, las comunidades Mapuche Lafkenche y pescadores. Su población es de 5000 habitantes aprox., de los cuáles alrededor del 60% son personas de origen mapuche-lafkenche que viven en 13 comunidades en la zona costera al sur.
El conflicto socioambiental
frente al Proyecto “Sistema
de Conducción y Descarga al mar de Efluentes Tratados de Planta Valdivia” o “Ducto”,
se
centra en comunidades que coexisten en la bahía de Maiquillahue, como lo son
hacia el norte: Mehuín pueblo, su caleta y Queule; hacia el sur: la caleta de
Mississippi y las tierras mapuche de Mehuín Alto y Mehuín Bajo, Maiquillahue y
Alepué.
Este conflicto
se inició el año 1995, año en el que proyecto fue presentado en su parte inicial como la Planta de Celulosa, siendo un hito
julio de 1996, cuando las comunidades se organizan al enterarse de la
realización de estudios secretos para construir un ducto que llevaría a la
bahía de Maquillahue 900 l/s de residuos industriales líquidos contaminantes (RILes[1]) del
proyecto Planta Valdivia. Esta Planta, propiedad de Celulosa Arauco Constitución está en las cercanías de la cuidad de
San José de la Mariquina, y se proclamó como la planta de celulosa más grande y
moderna de América Latina, la cual utilizando el discurso del libre mercado, justificó
la inversión como una solución a la depresión económica, manipulado que con esto
cambiaría la imagen de “comuna pobre sin
mayores expectativas”.
El proyecto,
como se mencionó anteriormente, pertenece a la megaempresa y trasnacional
Celulosa Arauco y Constitución (CELCO), parte de la filial forestal del grupo
económico Angellini. Este proyecto, consiste en la instalación de una fábrica
de pulpa de celulosa blanqueada, que utiliza un proceso conocido como Kraft. El
proyecto con una vida útil de 20 años, tendría una producción anual de 550 mil
toneladas, y una inversión de US$ 1.400 millones.
Pulpa de celulosa: Es el material hecho a base de madera más utilizado para la
fabricación de papel. Las maderas utilizadas para este fin son conocidas como
maderas pulpables, que generalmente son maderas blandas como la picea, el
pino, pero también maderas duras como el eucaliptus y el abedul.
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Proceso Kraft: El proceso Kraft, también conocido como pulpeo Kraft o pulpeo al
sulfato, es usado en la producción de pulpa o pasta de celulosa. Este
proceso, actualmente se usa para el 80 % del papel producido a nivel mundial.
Implica la utilización de hidróxido de sodio (NaOH) y sulfuro de sodio (Na2S)
para extraer la lignina de las fibras de la madera, usando grandes
recipientes a presión llamados digestores. El líquido que se separa, llamado licor negro,
es concentrado por evaporación y quemado en una caldera de recuperación para
generar vapor de alta presión, que puede utilizar para las necesidades de
vapor de la planta o para la producción de energía eléctrica. La porción
inorgánica del licor es usada para regenerar el hidróxido de sodio y el
sulfito de sodio necesario para el pulpeo. En el caso de las maderas de
coníferas, una sustancia jabonosa se obtiene como subproducto de la
evaporación; ese jabón es acidificado para producir aceite de pino, una
fuente de resinas, ácidos grasos y otros químicos. También se obtiene aguarrás.
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El proyecto de celulosa fue aprobado por la Comisión Regional
de Medio Ambiente en mayo de 1996 a través de la Comisión presidida por Jorge Vives como
intendente regional (X Región), y siendo Director de la CONAMA en X Región José García-Huidobro, dando a CELCO S.A, la resolución ambiental de
elegir entre dos alternativas para la eliminación de residuos líquidos. Verter
los desechos a algún cause, a través de la instalación de un sistema
purificador de residuos especializados, o al mar distante a 35 Km. de la
planta. Para la empresa, la diferencia influía en los costos de producción como
en la mantención técnica de las instalaciones, por lo que decide la
construcción del ducto al mar.
Las acciones
realizadas por las organizaciones y comunidades para evitar estos estudios,
significó constantes amenazas del gobierno hasta intervenir mediante la fuerza
policial. Así mismo, la comunidad se niega a participar del mecanismo que ofrece
el nuevo reglamento de la Ley ambiental, argumentando que la verdadera toma en
cuenta de la opinión de la ciudadanía debía darse no en los espacios de
participación, si no en los espacios de
decisión.
Así en la comunidad, se
realiza una asamblea y constituye una directiva, cuyo objetivo es la
difusión del eslogan de la campaña NO AL DUCTO, la cual exponía su rechazo al
uso del mar para eliminar residuos contaminantes. La estrategia de la comunidad
fue no permitir que se hicieran estudios técnicos que permitieran a la
autoridad ambiental permitir la construcción de este ducto, lo que derivó en un
importante y trascendental cuestionamiento como la práctica de la institucionalidad
ambiental en Chile, al relevar el papel decisivo de las comunidades en las
decisiones sobre proyectos de desarrollo que impliquen daños ambientales y
sociales graves.
Es importante
decir, que los impactos sociales no solo se producen luego de la construcción de
la infraestructura en cuestión, como en este caso el Ducto y su operación, sino
que en el proceso previo desde que la comunidad se informa del Proyecto, las organizaciones en contra
del proyecto debieron enfrentar sus propios vecinos y familias por resistir, lo
que separo lazos comunitarios importantes.
Frente a la
actitud de la comunidad, CELCO S.A reacciona tal como en otros conflictos en el
país, obteniendo resultados positivos. Trata de imponer el proyecto como una
decisión de la autoridad, asustando a la comunidad de que oponerse era un
delito. Como segundo paso de acción, tratan de convencer a la comunidad de los
beneficios del proyecto, desprestigiando todo argumento y grupo que estuviera
en contra. A continuación, ofrecen dinero a algunos dirigentes y otros
beneficios como una escuela nueva, materiales de trabajo a los pescadores y un
muelle para cubrir el ducto que entraría la mar, todo a cambio de dar por
concluido el conflicto.
El gobierno
aprueba el proyecto como una decisión tomada por equipos técnicos, reafirmando
su política de crecimiento económico que apoya
la inversión privada. La legislación ambiental debía apoyar este proceso
económico, dando garantías a las partes en conflicto para resolverlo, con el fin
de mejorar los proyectos pero, nunca eliminar iniciativas económicas.
En agosto de
1997, CELCO S.A decide abandonar el proyecto y presentar otro de iguales
características considerando el mar de la bahía de Mehuin, como única
alternativa posible para la eliminación de residuos líquidos. Para entonces,
entra en vigencia un nuevo reglamento de la ley ambiental, el cual especifica
la participación ciudadana, lo que obliga a la comunidad a participar,
oponiéndose al proyecto a través del nuevo reglamento.
CELCO trata de
ingresar por mar y tierra a Mehuín para realizar los estudios, los que son
detenidos por los habitantes de la localidad quienes habían logrado
sensibilizar a gran parte de la opinión pública del país.
Finalmente, y
frente a la atención generada, una comisión de la Cámara de Diputados viaja al lugar, en conjunto con senadores representantes de la zona. Todos
aseguraron apoyar a Mehuín, pero esto “debía
hacerse respetando la institucionalidad”.
Para entonces,
el gobierno estaba expuesto a la mirada del país y de parte de la comunidad
internacional que observaba con preocupación lo que pasaba en los conflictos
ambientales y de pueblos originarios, y la fuerte represión que se había visto
en algunas zonas mapuche.
Ante la
inminente derrota de la empresa, el gobierno negocia una salida al conflicto.
Aprobar el proyecto con la alternativa inicial propuesta: verter los residuos
líquidos en el mar con un tratamiento ambiental más moderno que garantizará la
menor contaminación, esto sucede en febrero de 2010, con la Comisión Regional
de Medio Ambiente presidida por el ex Intendente y actual diputado, Iván Flores.
Sin embargo, el Megaproyecto no podía retirarse, ya que se había generado una
gran expectativa económica en la Provincia de Valdivia.
Este Proyecto,
a pesar de estar aprobado desde 2010, gracias a la estrategia de comunidades
mapuche-lafkenche de la Bahía de Mehuín , quiénes continúan defendiendo su territorio
y exigiendo que se cumpla la Ley 20.249, Ley Lafkenche y el Convenio 169. Para
ello, como protección jurídica continúan solicitado las concesiones marinas en
la zona del Ducto, pues mientras existan tramitaciones por peticiones marítimas
de parte de las comunidades no habrá espacio para el Ducto, ni resolución a sus
solicitudes,
Hoy esta Planta trata de continuar su expansión
a través del Proyecto Pulpa Textil, como si todo su proceso productivo
estuviera resuelto, sin embargo, separan la discusión, pues separan el Proyecto
Pulpa Textil del ya existente, pero sin embargo se desarrollaría en la misma Planta[2]
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[1] Un Ril se refiere a "Residuos Industriales Líquidos", es decir, aguas provenientes de fábricas. Generalmente estos residuos se vierten en lagos, ríos, mares e incluso al alcantarillado. Fuente: http://rileschile.blogspot.com/
[2] Directora del SEA aseguró
que aprobación del proyecto de pulpa textil de Celulosa Arauco cumple con la
normativa ambiental: http://www.australvaldivia.cl/impresa/Sociedad/2015/04/15/316615/Directora-del-SEA-aseguro-que-aprobacion-del-proyecto-de-pulpa-textil-de-Celulosa-Arauco-cumple-con-la-normativa-ambiental/ciudad/
Contenidos y redacción: Carolina Velásquez Vega
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