Esta es la frase que representa un movimiento cultural que se podría enmarcar en lo que algunos esperamos que suceda en el mundo, un des-aceleramiento de nuestro actuar en el planeta. Bajarse del auto y caminar, hacer tu traslado diario en bicicleta y reconocer que llueve, hace frío o calor y adaptarse a eso es parte de readecuar nuestro ritmo con la naturaleza y la sociedad.
Organizaciones
a nivel nacional usan la bicicleta como símbolo de un mensaje profundo, el de
la bicicultura, entendiéndola como una nueva expresión del Humanismo,
de la cultura del amor y del respeto por el ser humano, la vida y la
naturaleza, que surge cada vez con más
fuerza y partidarios ante los desafíos civilizatorios que interpelan hoy a la
humanidad, con una propuesta y una utopía posible: reorganizar las ciudades,
redistribuir el principal espacio público urbano , el espacio vial, de forma
más justa e integradora, ya no más en función de máquinas a petróleo u otras
fuentes energéticas contaminantes y no renovables, sino en función del ser
humano y su felicidad, buscando potenciar de todas las formas posibles la
movilidad autónoma, libre, sana y
sustentable, la movilidad a energía metabólica humana, para bienestar y felicidad
de todos (Bicicultura)
La
bicicleta representa una respuesta al alcance de tod@s, un símbolo integrador
para un crecimiento urbano que no tiene planificación alguna en Chile, que
carece de cualquier evaluación estratégica o ambiental. Algunos argumentos utilizados
para ello es que la bicicleta no contamina, ocupa menos espacio para
estacionarse, es barata y su mantenimiento es económico, ayuda a mantener el
estado físico…(EnBicia2)
Así
mismo, en este sentir de integración y equilibrio se han develado otras figuras
de relevancia, como la equidad de género en el acceso a la bicicleta.
Se
sabe que existe gran diferencia entre el número de ciclistas según sexo, siendo
las ciclistas urbanas menos de un 20% del total de ciclistas; muy poco se
conoce respecto a las barreras que impiden su uso entre mujeres, factores
facilitadores que lo incrementan, o la percepción y postura de las mujeres
frente a este medio de transporte, esto es uno de los focos de
investigación de Macleta – Mujeres arriba de la bicicleta (Macleta)-
quiénes trabajan en dar respuestas a este tipo de controversias en ciudades
como Santiago.
De
esta forma, este movimiento pro-bicicleta hace de la participación ciudadana
una acción permanente, activa y cotidiana, en el sentido de estar presente y
transformar los espacios sociales comunes hacia un estado diferente donde el
bienestar con los demás y la naturaleza está en dirección opuesta al
aceleramiento de la sociedad moderna.